sábado, 1 de mayo de 2010

HECHOS ESCANDALOSOS JAMÁS REVELADOS



ENTRETELONES

DE LA PARTICIPACIÓN

ARGENTINA

EN LAS FERIAS

INTERNACIONALES

DE LOS ÚLTIMOS

18 AÑOS


Por Roberto C. Neira*


Por esas cosas del destino y sin conocer las razones por las cuales los errores y horrores se van repitiendo sistemáticamente a través del tiempo y de las distintas administraciones y organismos del Estado Nacional cuya responsabilidad es manifiesta (Cancillería Argentina, Secretaría de Turismo de la Nación y Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), la participación de nuestro país en las Exposiciones Universales, salvo excepciones como la de "Osaka 1970", concluyó siempre con grandes escándalos.

Los ejemplos huelgan, abruman y por lo que se ve, parecen no tener fin.

El absurdo e incomprensible proceso que desembocó en la Exposición Universal de Sevilla en 1992, sucedió dentro de estas características: se desplomó una parte del stand debido a errores en el armado; se cambió la orientación de la presentación a tres meses de comenzado el evento y el comisario del pabellón argentino, Alberto Lataliste, nombrado por la cancillería conducida por el Dr. Guido Di Tella, fue denunciado por presunta relación con el narcotráfico.

Las marchas y contramarchas generadas por un equipo de funcionarios encabezados por Jorge Telerman (ex vice jefe de la ciudad, ex embajador) y Jorge Viñuela (ex cónsul argentino en Los Ángeles), estuvieron provocadas por la ausencia de una idea generadora que terminó con los parches acostumbrados. De esa improvisación surgió la insólita maqueta que representaba al "Eternauta”, la famosa historieta de Oesterheld, en donde se exhibía el estadio de River Plate ocupado por fuerzas militares, ambulancias, heridos y muertos.

El público extranjero que visitaba el stand argentino, ignorante de la tira o de ciertos pasajes de la misma vinculados con la invasión de seres de otro planeta, pensaban que la maqueta era una especie de conmemoración de la represión militar que comenzó en 1976 y se extendió hasta 1983.

Simultáneamente, en Buenos Aires, en el área que hoy ocupa Puerto Madero, detrás de la Casa de Gobierno, se realizaba América ’92 un evento que contó con el apoyo de la intendencia de Carlos Grosso, que fue organizado y realizado por Fernando Marin & Asociados, cuyas últimas aventuras empresarias lo llevaron a liderar la empresa “Blanquiceleste”, sociedad que dirigía los destinos futbolísticos del Racing Club de Avellaneda, que poseía sede en paraísos fiscales y que mandó al club a la quiebra y a pelear el descenso durante casi toda la última década.

Como era de prever la presentación de América ´92 resultó un fiasco y aunque estaba proyectada para seis meses, debió suspenderse mucho antes por la bronca generalizada de los expositores que se vieron defraudados al no contar con la infraestructura prometida en el contrato de arriendo y menos con la prometida asistencia de público estimada en cinco millones de personas por los organizadores.

La funcionaria Raquel Kissmer de Olmos, paracaidista de la política como pocos, era el contacto entre la intendencia y Fernando Marín. La odisea culminó con la desaparición del publicista de los ambientes que frecuentaba por espacio de varios años, como consecuencia de los juicios que mereció su “improvisación”, aunque nunca se tuvieron noticias sobre la devolución del dinero a los expositores. Fernando Marín, en tanto, quedó libre de culpa y cargo y continúa con sus emprendimientos empresarios.

Mientras que Carlos Grosso, que por aquellos tiempos debió renunciar a raíz de las infinitas denuncias por corrupción, por lo que se sabe hace rato que desapareció de la vida política.

Raquel Kissmer de Olmos, al quedarse sin jefe, optó por desaparecer por un tiempo del ambiente de las unidades básicas peronistas, reapareciendo luego en algunas listas propuestas para las elecciones de la ciudad por el PJ de la Capital, en este último caso apoyando a Filmus(Frente para la Victoria).

SURGE EL PROYECTO DE LA "EXPO 2010"

En 1999, Juan Carlos Grassi, un editor de publicaciones especializadas, concentró esfuerzos para convencer a los funcionarios de turno para organizar "un mega evento" que tendría lugar en el año 2010 en la Ciudad de Buenos Aires. La idea era presentar a Buenos Aires como sede de una Exposición Universal con motivo de los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

Estimulado por el crecimiento del sector de exposiciones y congresos y por la convertibilidad, Grassi pergeñó el proyecto basándose en que la Argentina y en este caso, la ciudad de Buenos Aires, estaría en condiciones económicas, sociales y culturales en el año 2010 para mostrarse al mundo como una gran potencia apta para todo tipo de emprendimientos y negocios.

La concreción de un proyecto de esta naturaleza, teniendo en cuenta los registros de las últimas ediciones de exposiciones universales, implicaría al estado nacional una inversión millonaria para dotar a la ciudad de la infraestructura necesaria para llevarlo a cabo.

Los primeros contactos fueron por el lado de la política: Francisco “Paco” Mayorga, secretario de turismo de Carlos Menem, el Jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Fernando de la Rua; la cancillería, con el Dr. Guido Di Tella a la cabeza y Jorge Purciarello, Subsecretario de Turismo de la ciudad. Después de las elecciones que ganó De la Rua, se sumaron Aníbal Ibarra, nuevo jefe de la ciudad; Gustavo Garófalo, Director de Promoción Turística de Buenos Aires; el arq. Enrique García Espil, secretario de Planeamiento Urbano de la Ciudad de Buenos Aires y Hernán Lombardi, nombrado por De la Rua, Secretario de Turismo de la Nación (actual Secretario de Cultura de Mauricio Macri). Mientras que, Rodolfo Terragno, en calidad de Jefe de Gabinete, interesado por el proyecto también participaba de las reuniones.

La idea de despertar el interés de los funcionarios también logró apoyos en el sector de organizadores y proveedores de la actividad ferial. La información que Grassi insertaba en su publicación y que no se reproducía en ningún otro medio, generaba de ese modo grandes expectativas sobre todo por aventurar la posibilidad de la obtención de resultados económicos positivos que sólo se podrían obtener si Buenos Aires fuese la sede elegida.

LAS PRIMERAS PARTIDAS

Para la promoción de la "Expo 2010", la Secretaría de Turismo consiguió por decreto presidencial (de Carlos Menem) la suma de 7 millones de dólares, condicionados, por supuesto, a la participación de los funcionarios en el negocio, siempre y cuando hubiera continuidad de un gobierno peronista en el poder.

Pero la crisis que comenzaba a azotar a nuestro país, los fracasos para enderezar la economía, la desocupación y la pobreza extrema, impusieron la necesidad de un cambio que se encarnó en la Alianza liderada por Fernando de la Rua que fue ungido presidente a finales de 1999, de modo tal que los acuerdos logrados con el menemismo fueron cayendo uno tras otro. Por lo tanto, Grassi debió volver a empezar para convencer a las nuevas autoridades.

El primer paso fue formar un grupo de trabajo, que integró más tarde Aníbal Ibarra como Jefe de Gobierno, que alentó la participación en la "Expo Hannover´2000", con el único objetivo de promocionar a la Ciudad de Buenos Aires como sede de la "Expo 2010".

Sin embargo, la participación en la "Expo Hannover 2000" (última exposición universal del siglo XX), concluyó con una improvisada asistencia decidida veinte días antes de la inauguración gracias a un decreto presidencial que sirvió para liberar los tres millones de dólares necesarios para los gastos de infraestructura del stand (decoración, personal y otros).

Es preciso aclarar que la suma no fue mayor debido a la benevolencia de las autoridades alemanas que decidieron condonar la deuda del alquiler del espacio (alrededor de 500 mil dólares mensuales) ante la perspectiva de que Argentina al desistir de participar a último momento les dejara un inexplicable agujero en medio de la Expo.

La caída del gobierno de De la Rua por la crisis de diciembre de 2001 determinó la suspensión definitiva del proyecto.

LAS RAZONES QUE PROMOVIERON LA "EXPO 2010"

¿Cómo se llegó a esto? ¿Cómo se mantuvo en secreto un capricho de los funcionarios que le costó al país casi cinco millones de dólares en los momentos de crisis que vivía la Argentina?

El detalle de los gastos abarcaba los siguientes ítems:

- Participación en la "Expo Hannover": desde el 1º de junio hasta el 31 de octubre de 2000.

- Viajes y gastos de personal: 32 personas para atender el pabellón durante 12 horas diarias los 7 días de la semana en un lapso de 5 meses. Tres vivían en Hannover, las otras 29 fueron enviadas desde la Argentina. Entre estas últimas, figuraba Natalia Grassi, hija del promotor de la aventura.

- Funcionarios responsables del pabellón: Comisario general, Lic. Juan Carlos Rabbat, responsable de la organización; Cr. Fernando Sastre, Subcomisario; Dr. Juan Vicente Sola, Coordinador Técnico del pabellón y la Arq. Pilar Castellano como Coordinadora de Gestión Operativa.

- Diseño del pabellón (empresas): Expobaires, Dodecaedro S.A. y Lawb Diseño Estratégico

- Construcción: Estudio ArtLab, asociados con la firma Stars de Milán, Italia.

- Logotipo: CIAC, estudio de diseño e identidad cuyo propietario era el comunicólogo español Joan Costa.

- Gigantografías e imágenes: Aldo Sessa y César Limbrunner.

- Artistas: Ariel Ramírez, Julio Bocca y el Ballet Argentino, Mercedes Sosa, entre otros.

- Prensa y publicidad en Alemania: Open Group.

- Prensa y publicidad en Argentina: Open Group.

- Invitados especiales que viajaron a Alemania: esta información no fue suministrada pero se sabe que fueron numerosos (funcionarios, empresarios y amigos).

- Maqueta de la Expo 2010: construida por una empresa holandesa contratada por Aeropuertos 2000 (Eduardo Eurnekian), para ser presentada oficialmente en Paris (sede del Bureau International des Expositions – BIE), organismo encargado de reglamentar y seleccionar la frecuencia de las exposiciones universales.

- Viajes de funcionarios al stand argentino (en varias ocasiones): Aníbal Ibarra, Hernán Lombardi y Jorge Purciarello.

- Material impreso de la "Expo 2010": folletería, carpetas de presentación, afiches, souvenirs.

- Invitados especiales: viajes de funcionarios del BIE a Buenos Aires.

- Seminario: organizado por la Subsecretaría de Turismo del Gobierno de la Ciudad y por el Grupo Editorial Ferias & Congresos (de donde es titular Juan Carlos Grassi) en el Sheraton Buenos Aires, el 05 de marzo de 2001 para presentar “El impacto económico de una Expo Universal”, a cargo de Sepp Keckmann, miembro de la junta directiva de la Deutsche Messe AG, Hannover.

- Aportes del sector público y privado: incremento en la partida de gastos por $ 400.000 provenientes del Banco de la Nación Argentina, Banco de Inversión y Comercio Exterior S.A., Banco de la Ciudad de Buenos Aires, Techint y Siemens.

En principio, fue muy importante el papel que le cupo a la prensa local en esta historia. Ningún medio estuvo interesado por investigar este tema, ni siquiera aquellos que reiteradamente muestran en general interés por denunciar, investigar o defenestrar (por razones no periodísticas) a los funcionarios de turno. Es posible que la razón deba buscarse en la saturación derivada de los escándalos tan comunes con que suele presentarse argentina en estas exposiciones universales.

Pero esta actitud de los grandes medios terminó por favorecer al gobierno y al sector privado, ambos interesados en que el proyecto se manejara "sotto voce" y con muchísima discreción. Por supuesto, en ningún momento hubo lanzamiento oficial del mismo, dado que no eran tiempos proclives a tirar manteca al techo. Por lo tanto, la única información disponible surgía de la publicación bimestral de Grassi que contaba con apoyo publicitario oficial y cuya tirada estaba restringida únicamente al sector especializado. De ese modo, se mantuvieron las expectativas del sector por espacio de dos años.

Aquellos que conocen el ámbito periodístico y publicitario saben que hay medios de comunicación que se prestan a la utilización de distintas fórmulas para brindar información a sus lectores. Están las campañas de prensa que hacen "lobby" para favorecer la imagen de tal o cual figura política o empresaria y también existen las notas informativas ("chivos") destinadas a vender un producto, un proyecto o una idea. Estos "favores" reditúan a las empresas distinto tipo de beneficios que se traducen en viajes, pautas publicitarias, obsequios y otros. Pero también hay casos en que el "favor" consiste en no hablar, es decir, mantener silencio sobre temas que deberían investigarse, como por ejemplo, la mención de los entuertos que se fueron sucediendo por la participación argentina en "Hannover 2000".

UN PROYECTO DE 4.500 M. DE DÓLARES

La administración del Dr. De la Rúa no fue una excepción a la regla y la mayoría de sus funcionarios, tanto del Poder Ejecutivo como del Gobierno de la Ciudad, se encolumnaron detrás del proyecto "Expo 2010" teniendo como objetivo final el manejo discrecional de un presupuesto que rondaría los 4.500 millones de dólares.

La pregunta que surge de inmediato es si estas situaciones que perjudican la imagen de nuestro país, solo son producto de la incapacidad e improvisación de los funcionarios que tienen a su cargo tan alta responsabilidad o se trata nada menos que de un juego donde el premio mayor pasa por la continuidad en el poder o por la ambición desmedida en procura de mejorar cada uno su "status" económico personal y familiar.

En este contexto, Argentina decidió su participación en la "Expo Hannover 2000" veinte días antes de la inauguración.

RECONSTRUYENDO LA HISTORIA

Para tener una idea real de lo que significaba esta participación y quiénes fueron responsables de su fracaso debemos remitirnos al año 1999, poco tiempo después de asumir el gobierno el Dr. Fernando de la Rúa.

El consulado argentino en Hamburgo invitó a los argentinos residentes en el norte de Alemania al festejo del día patrio (9 de Julio). Supuestamente tenían que invitar a 800 familias, pero la mayoría ni se enteró.

El programa fue el siguiente: acto oficial en la Plaza de las Naciones con discursos de autoridades alemanas y de Rodolfo Terragno, quien expresó en aquella oportunidad: “La Jefatura de Gabinete se encuentra empeñada en un plan a largo plazo: que la Argentina, en 10 años alcance un nivel de país de altos ingresos y alto desarrollo humano.” Agregó el funcionario, que, para ese año, Argentina estaría festejando el Bicentenario y aspiraba a que el mundo venga a Buenos Aires a festejar en el marco de una Exposición Universal, refiriéndose a la candidatura para ser sede del mega evento; a continuación una banda musical alemana interpretó los himnos de ambos países y, por último, presentaron un show de tango excelente que se repitió varias veces en el stand argentino.

Finalizado el acto se ofreció un lunch para las autoridades. El programa de festejos continuaba a las 19:00 en la misma plaza. La "Misa Criolla" de y por Ariel Ramírez.

Uno de los asistentes argentinos invitados a la reunión me informó lo siguiente: "A esa hora nos encontrábamos en la otra punta de la Expo, cerca del pabellón argentino, lo que significaba caminar unos 2 Km. hasta la plaza para luego regresar al pabellón donde se ofrecía el cocktail a las 20:30".

"El agasajo fue lamentable -acotó. No había suficientes mesas, ni comida ni bebida para los invitados y se olvidaron de reservar una mesa para los invitados especiales, por lo que Ariel Ramírez, su grupo, y el Sr. Terragno tuvieron que presenciar el show de pie".

Cabe señalar que los encargados de realizar el stand olvidaron que la Argentina no es solo tango, se registraron ausencias notorias de ideas en la escenografía, diseño y montaje del stand.

La réplica de un café de Buenos Aires en el stand puede ser atractivo para fomentar la nostalgia de los ciudadanos argentinos, pero en la práctica poco tenía que ver con el tema principal de la Expo: “Hombre, Naturaleza y Tecnología”. Sobre todo, si trasladamos esto al costo que significó la construcción y montaje del stand: US$ 2.800.000.

EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA

Del director del Pabellón, Juan Sola:

"La celebración de la fecha patria en el stand argentino de la "Expo Hannover" constituyó un exitoso gesto cultural y diplomático, porque hasta ahora había cierta percepción de la Argentina como un país que había llegado tarde a la Expo, y de pronto aparece el equivalente del Primer Ministro. Esto llamó la atención muy positivamente".

En realidad ni la presencia del presidente Dr. Fernando De la Rúa hubiera podido ocultar la percepción de llegar tarde a la Expo. La figura de Terragno no era lo que se conoce en los países del Primer Mundo como Primer Ministro ya que no tenía decisiones sobre los asuntos del Estado. Era un simple intermediario entre los Ministros y el PE.

En los últimos dos años de la presidencia de Menem, Paco Mayorga solicitó un presupuesto de 7 millones de dólares para participar en la Expo. En realidad, esa suma era para el montaje del stand y su mantenimiento durante seis meses, porque los alemanes arrendaban el espacio a los países participantes a un costo de 500.000 dólares mensuales, lo que significaba una erogación adicional de 3 millones más.

Cuando asumió el Dr. de la Rúa y se encontró con el complejo e insoluble problema del déficit económico, comenzaron los recortes por aquí y por allá. Como era lógico que sucediera la poda aterrizó también en el dinero reservado para la presentación argentina.

Con cierta lógica, muchos pensaron que si Argentina sufría una crisis tan fulminante de su economía, no había razón que justificara la participación en la Expo.

Sin embargo, Grassi, aprovechando su relación personal con Hernán Lombardi, que en ese momento ostentaba el cargo de Secretario de Turismo de la Nación, montó un operativo destinado a fomentar la importancia de la presentación de la Argentina en la Expo teniendo en cuenta la candidatura de Buenos Aires para ser sede de la "Expo Universal 2010", operación que incluyó un espacio en la sección "Desembarco de Opiniones" del Suplemento de Comercio Exterior del diario La Nación, publicado el 8/2/2000.

Lombardi, empresario muy vinculado a la construcción, propietario del Palacio San Miguel y de Torres de Manantiales, pero mucho más conocido por haber sido pareja de Soledad Silveyra, quizás movido por la presunción de un proyecto exitoso en sus manos, consideró que no se podía dejar pasar la oportunidad de reforzar la imagen de Argentina ante el Bureau Internacional de Exposiciones que, en definitiva, eran los que decidirían el destino de nuestro país en su competencia con China, Corea y Polonia. De modo que tuvo una entrevista con el presidente y lo convenció para desandar el camino y obtener el presupuesto para participar en la Expo.

De los 7 millones de dólares originales logró un aporte de 3 millones. Mientras tanto, una gestión paralela por vía diplomática permitió que los alemanes, como se ha dicho al comienzo de este relato, perdonaran la deuda de alquiler mensual, resolviendo el problema de los otros 3 millones que Argentina no estaba en condiciones de pagar.

Lo cierto es que a pesar de los cabildeos, discusiones y oposición de funcionarios a la participación y corriendo contra reloj, se dispuso la construcción del stand que implicó transgredir expresas disposiciones del Estado que prohiben la contratación a terceros sin licitación previa.

Este informe no tiene otro objetivo que esclarecer uno de los tantos escándalos oficiales con participación del ámbito privado que se produjeron sin solución de continuidad durante décadas por la incapacidad de gobernantes y funcionarios. A pesar de los testigos circunstanciales lo más importante es recordar los nombres de aquellas personas que fueron partícipes necesarios de la decisión de promover un evento que estaba sepultado antes de nacer. Las ambiciones personales, los desvaríos y la ausencia de la mínima idoneidad para sobrellevar la gran carga que significa presentar la imagen de la Argentina en el exterior utilizando a discreción los fondos públicos, no parece tener castigo en nuestro país, ni siquiera una pena moral o ética, dado que varios de los nombrados continúan siendo funcionarios o bien dedican el tiempo a mantener sus relaciones dentro del ámbito político con apariciones públicas como si nada hubiera pasado.

APOSTILLAS DE UN FRACASO

El Comisario del pabellón Argentino, Juan Carlos Rabbat dijo el 19 de noviembre de 2000 que Argentina, Corea del Sur y China eran las tres candidatas para la organización de la "Expo 2010". El gobierno argentino señaló también que tenía en manos un proyecto para construir un parque temático y un salón de eventos para 10.000 personas.

Mientras, el Bureau Internacional des Expositions (BIE) informaba que las candidaturas de ciudades para realizar la "Expo 2010" eran Buenos Aires, Shanghai, Breslau, Yosu y Moscú.

En el número de marzo de 2000, la revista Ferias y Congresos, editada por Grassi, publicaba que para la "Expo 2010", Argentina podría recibir 16 millones de personas “que dejarán miles de millones de dólares en el país, además de traer aparejado grandes posibilidades turísticas, de promoción cultural, de generación de empleo y de redimensionamiento económico y diplomático”...

Grassi también afirmaba en un editorial de julio-agosto 2000:
“La noticia auspiciosa es el magnífico transitar del pabellón argentino en la Expo Universal de Hannover 2000. Un espacio que hasta 12 días de la inauguración del megaevento era una utopía, casi un reclamo “fastidioso” que muchos (incluido este medio) impulsaban frente a las aprehensiones de más de un empecinado militante del “no-se-puedismo” al que parece ser tan afecto el carácter de los argentinos. Hoy, promediando esa estupenda vidriera mundial, las frecuentes muestras de admiración hacia el pabellón de, por parte de hasta nuestros propios vecinos de Brasil, confirman el éxito de crítica y convocatoria de aquella “fastidiosa utopía”. Hay serias señales diplomáticas que indican que la presencia del presidente De la Rua junto al presidente alemán (en el acto conmemorativo del 3 de octubre, día de la unificación de Alemania tras la caída del muro, se sellaría favorablemente el apoyo alemán para la candidatura de Buenos Aires como sede de la Expo 2010.”
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ENTREVISTA CON EL LIC. CARLOS LAYRAL REALIZADA EN MARZO DE 2000


El funcionario marplatense accedió a una charla sin tapujos sobre el proyecto "Expo 2000" se desempeñaba como Coordinador Ejecutivo de Desarrollo Turístico de la Secretaría de Turismo de la Nación.

¿El proyecto "Expo 2010" en que situación está?

Está instalado con fuerza desde hace unos 40 o 45 días a través de una visita que hizo el secretario Lombardi, con el subsecretario Purciarello, representando al gobierno de la ciudad de Buenos Aires. En ese encuentro con Vicente Locertales en París (secretario del BIE) se estuvo hablando y presentando un informe preliminar de la seriedad del proyecto Buenos Aires 2010, que ha sido tomado por la gestión del nuevo jefe de gobierno, el Dr. Ibarra, como uno de los temas centrales no solamente vinculado con la actividad ferial, la promoción de la ciudad, sino también en este caso con un criterio urbanístico que sería el que generalmente caracteriza estos emprendimientos: pasan las ferias pero “queda la civilización” y generalmente una zona recuperada. De modo que en este aspecto no hay otra cosa que retomar una idea que precisamente nació en este mismo equipo cuando estábamos en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y nuestro jefe de gobierno era el Dr. De la Rua.

¿El lugar donde se podría construir el predio es el parque Almirante Brown?

Nuestra idea es esa. Hay consenso de crearlo hacia el sur de lo que es la Capital Federal. Ahí está la superficie y el ámbito apropiado cercano a la provincia de Buenos Aires. Además requiere de un desarrollo que de algún modo se lo resolvería si finalmente Buenos Aires fuera sede.

¿Objetivamente, cuáles son las posibilidades que tiene la Argentina de poder calificarse con respecto a los otros cuatro países postulados?

A mí me parece que es muy difícil por eso el trabajo tiene que ser serio, responsable, fundamentado. Todo el desarrollo de la comercialización, de la administración de negocios ha permitido que algunos reparen en la importancia que tienen los grandes eventos, las ferias, los mega eventos, como factor de desarrollo y factor de crecimiento. En todo caso, más allá de la feria del 2010, podemos pensar en una década de trabajos efectivos que van a llevar de algún modo a hacer un ordenamiento primario de esa zona de la ciudad y simultáneamente una promoción de la ciudad de Buenos Aires, el principal destino turístico de la Argentina. No son pocas las naciones que tienen la misma aspiración y digamos que esto es un reconocimiento un poco a los valores de estructura y además promocionales que tiene para cualquier ciudad una aspiración de esta naturaleza. Esto es empezar a trabajar ahora para dentro de 10 años.

¿Se está hablando de un presupuesto estimado en 4500 millones de dólares?

Yo no puedo manejar números, lo han publicado pero no ha sido bajo nuestra responsabilidad. Los números tienen que surgir a partir de un estudio apropiado y yo supongo que esas cifras tienen que ver con un proyecto serio que es el que nosotros auspiciamos en todo momento para que Buenos Aires sea la ciudad sede elegida.

¿Fue Aníbal Ibarra o Terragno el que habló de esa cifra?

Es probable que los dos, pero de todas maneras en los niveles que me estás mencionando seguramente tiene que haber una fundamentación que respalde la seriedad que caracteriza a estos funcionarios ante un evento de esta naturaleza que no es una expo universal común, sino que en realidad lo que se está haciendo es festejar el Bicentenario de la Revolución de Mayo.

- Creo que al menos nos caracteriza una alta dosis de utopía para poder encarar mega proyectos como estos.

A mí no me preocupan los 4500 millones de dólares porque seguramente sin esta feria la ciudad de Buenos Aires va a tener que avanzar hacia esa zona en infraestructura o en emprendimientos privados y seguramente el emprendimiento se financiaría con una cifra igual o mayor, porque estamos hablando de un montón de hectáreas. Pero cuando hablo de utopías, me quiero imaginar una Argentina ya posicionada, sin ninguna duda, entre los principales destinos turísticos del mundo a partir de una economía donde el turismo va a ser, sin duda, la actividad económica más importante y seguramente con tecnología y un transporte aéreo con otros valores. Estamos hablando de una década, parece a veces mañana pero en 10 años las tecnologías pueden cambiar y transformarse muy pronto.

- Hablar de 10 años es mañana y nadie sabe quién va a gobernar la ciudad y el país y esto podría llegar a ser una hipoteca para futuros gobiernos. Supongamos que argentina sea la sede elegida y comienza a hacerse la inversión, se comienza con la infraestructura y todos los elementos ¿cómo se continúa esto si todos los gobiernos que llegan al poder cambian todo lo que hicieron los anteriores ? ¿cón quienes se podría llegar a un acuerdo para que el proyecto subsista los 10 años ? -

Creo que un hecho de estas características requiere sin ninguna duda, no una oposición salvaje o un salto al vacío como el que recibimos. Nosotros fuimos lo que dijimos hay que ir a Hannover para promocionar Buenos Aires en el 2010, que había que hacer el lanzamiento. Pero cuando llegamos a la gestión de gobierno en el presupuesto no figuraba ni un solo centavo para poder ir a Hannover. Lo de Hannover se produjo de la nada y fue en su momento materia de reuniones, de discusión... a punto tal que hubo que hacer magia para la presentación Argentina.

- Lo extraño es que si se recortó el presupuesto y no se iba a asistir. ¿qué fue lo que los convenció?–

Cierto. En una primera etapa no íbamos a asistir, pero convengamos en que hubo una decisión política. Yo estuve con Lombardi en Berlín (para la Feria de turismo ITB), precisamente a comienzos del 2000 conversando con las autoridades alemanas, quienes comprendieron de pronto esta negligencia o este error del gobierno anterior de no haber dejado la partida presupuestaria. Coincido totalmente contigo, porque en primer lugar Buenos Aires tiene que estar convencida de que este es un proyecto propio y decir esto significa que estamos hablando de una fuerza comunitaria y del aporte de todas las fuerzas políticas porque se trata de un mega proyecto, es decir, está mucho más allá de los intereses políticos y no admite ni fisuras ni olvidos. De lo contrario va a ser una hipoteca muy pesada. La ciudad requiere soluciones y una puede ser su desarrollo urbanístico por medio de esta feria, aún teniendo en cuenta que el costo de 4.500 millones que se viene hablando por ahí, no sé si será recuperable...

- El ejemplo de los alemanes no es muy favorable, ¿no?

En ningún lado del mundo las ferias son rentables. Precisamente tienen administraciones estatales o mixtas porque lo importante de esto es la economía que se genera alrededor de cada muestra.

¿Pero Alemania no es un país en crisis como Argentina?

Cuando Conrad Adenauer dijo vamos a hacer fábricas y centros de convenciones y seguramente después vendrán los hospitales, no fue comprendido, pero finalmente se dieron cuenta de que lejos la actividad ferial, principalmente en Alemania que es la capital del mundo en esta actividad, es uno de los motores de la economía.

¿Cómo le informas a la gente que vas a invertir 4.500 millones de dólares en una situación de crisis como la actual y manteniendo un perfil bajo como hasta ahora?

Creo que no hay que engañar a la gente. No le vamos a decir que vamos a poner ese dinero porque no lo tenemos, sino hay que explicarle que desde el Estado, articulando políticas económicas confiables pueden generarse empleos, puede generarse el desarrollo de la ciudad, activarse la industria de la construcción, el turismo y distintas tecnologías vinculadas con el desarrollo urbano de carreteras y de un mejor estándar de vida. No me imagino una privatización de estas características porque no es rentable, es decir, que una gran empresa tome el mega evento y se haga cargo. Esto no existe, no hay antecedentes en el mundo. Entonces, primero debemos poner los pies sobre la tierra, segundo no hay que engañar a la gente y decirle la importancia que tiene esto para Buenos Aires. Colocar los pies sobre la tierra significa ponernos a nosotros en esa postura erguida y realista, y segundo decirle al mundo que si piensan en nosotros y tienen interés en este país vamos a hacer una ciudad en el 2010 que esté a nuestro alcance y que le sirva a la gente. Esto no significa brillo ni oropeles sino las genuinas posibilidades de esta región de América Latina que de acá a 10 años tiene que transitar todavía por el Mercosur y por un montón de dificultades.

¿Qué piensa hacer el Estado, el Gobierno de la Ciudad, la Secretaria de Turismo o la Cancillería en función de comunicación hacia la gente, de aquí al mes de mayo que es cuando se define la cuestión?

En la medida en que la ciudad de Buenos Aires, quien tiene que tomar esta decisión, lo asuma con todos los costos que eso implica, el proyecto tendrá el apoyo de la Nación y el apoyo internacional. En consecuencia la etapa siguiente es de un alto nivel, con un registro muy firme de coordinación con el gobierno de la ciudad ayudándolos a que esto se logre. No nos olvidemos de este dato, que hay que romperlo, que es estructural y que a muchos no les va a gustar, Buenos Aires retiene el 70% de todos los turistas del exterior que llegan al país. No estoy diciendo que no vengan, sino que además de conocer la capital por lo menos la mitad de ellos salga a conocer el resto de los destinos argentinos.

¿Han estudiado el perfil de visitantes que pueden asistir a la Expo 2010?

Eso es a partir de un posicionamiento que estamos buscando. Primero Brasil, sin duda, luego EE. UU y Europa, en ese orden y algunos mercados para nosotros emergentes. Quién te dice que a lo mejor en Oceanía, en Medio Oriente, haya expresiones potenciales de señales que nos mandan diciendo que les gustaría conocer algo de la Argentina turística. Si tomamos esto con seriedad, estamos previendo misiones comerciales exploratorias, no necesariamente presenciales sino a través de nuestras cancillería y de nuestros consulados para que asistan a algunas de estas ferias y detectemos las posibilidades reales de la Argentina. Hoy, todavía seguimos estando lejos y los costos son muy altos para el turista extranjero.

- Mi punto de vista sobre el tema es que de acá a 10 años las migraciones debido a la globalización, tenderán a dejar espacios vacíos a los extranjeros. Argentina se va a convertir en un foco de atracción para los ciudadanos de toda América Latina. Aquí no van a venir europeos a instalarse, van a venir peruanos, bolivianos, brasileños, porque en sus respectivos países están peor que acá. Y los argentinos se irán al exterior, porque quieren estar mejor y van a ocupar los puestos que los españoles o italianos dejan por las mismas razones que lo hacemos nosotros, es decir, para irse a otros países con mejor nivel de vida, como Alemania, Gran Bretaña, Suecia... Entonces el poder adquisitivo de la mayoría de los visitantes de la Expo 2010 no podrá ser el mismo que en Hannover. Será de nivel medio para abajo. Hay que pensar entonces que no se puede cobrar una entrada de $30 (dólares). Si vamos a hacer una exposición universal a la que no van a venir 10 millones de japoneses, norteamericanos o europeos, sino latinoamericanos, pienso que se debería actualizar el precio de la entrada para una mayoría de visitantes que provienen de este continente?.

Yo no sé si van a ser 4, 5 o 10 millones, creo que hay que hacer la construcción de los cuadros presupuestarios de los ingresos a partir de posiciones realistas, y éstas dudo que van a contemplar déficit: no estuvo en los cálculos de Hannover 2000 porque previeron un ingreso de gente que fue mucho menor. Aún en el caso de Alemania, por supuesto con una economía que permite absorber cualquier leve temblor, ha sido para ellos una experiencia. Asumieron un compromiso internacional y lo sacaron adelante, con una tradición histórica de país ferial.

¿Si se da la posibilidad que nos nombren sede, no habrá retorno...?

No en absoluto, y además es hora de que se piense en que este país no sólo es muy bueno para invertir en grandes estancias, en cadenas hoteleras, sino en emprendimientos de esta características. Creo que la salida económica transita por estas cuestiones, por su seriedad, por su envergadura, y por su proyección. Creo que debemos comenzar a tenerle miedo a la improvisación, a asumir conductas equívocas o falaces como postular una candidatura y después no presupuestar, eso no lo podemos admitir, pero de todas maneras me anoto en el campo de las utopías posibles.

¿De dónde surgió la idea para un proyecto de esta envergadura?

Fue durante la gestión del Dr. Fernando de La Rua como jefe de gobierno de la ciudad, en donde tuve el honor de acompañar a Hernán Lombardi cuando se creó la secretaría de turismo de la Nación. Se fijaron 4 o 5 temas fundamentales y los hicimos en cinco meses. En principio, era imposible hacerlo. Sin embargo, reunimos a los 6 responsables máximos de turismo, aquí en la ciudad de Buenos Aires, para intercambiar experiencias sobre turismo urbano de las grandes ciudades. Estuvo Río de Janeiro, Montevideo, La Habana, Roma, Madrid y Barcelona. Hace 6 meses era impensable que esto aconteciera, sin embargo, lo pudimos hacer.

EPÍLOGO

Como todos sabemos, la crisis de diciembre de 2001 fue la causa de la renuncia a la presidencia de Fernando de la Rúa (el 20 de diciembre de 2001), lo que, además, llevó a una situación de acefalía presidencial. Automáticamente, el proyecto "Expo 2010" rodó por la pendiente y se precipitó al vacío sin ruido alguno. Tal como llegó. Nadie más dijo una palabra. Los cinco millones de dólares que fueron utilizados para la promoción en Hannover 2000, resultaron ser un vuelto frente a las condiciones en que se encontraba la Argentina, endeudada (default) y con grandes núcleos de pobreza heredados por el gobierno de la Alianza e incrementados por los errores políticos y económicos del gobierno de Fernando de la Rua.

La Exposición Universal 2010, que finalmente tuvo su sede en Shangai (China), ya es un hecho internacional que mueve multitudes y augura un éxito sin precedentes a un país que trabajó durante casi ocho años para llevarla a cabo. Con orden y trabajo, dejando de lado intereses personales, ambiciones y orgullos desmedidos, imponiéndose la voluntad y el sacrificio para concretar un proyecto a largo plazo que hoy es realidad: CHINA CONTINÚA AVANZANDO.

Mientras tanto: ¿ARGENTINA QUÉ...?

* Nota de investigación (publicada por primera vez en abril de 2003). Roberto C. Neira es periodista y escritor. Ex editor de El Cronista Turismo. Ex-editor de Viajes e Incentivos, Panorama Ferial y Expomeeting. Actual representante y corresponsal de m+a Publishers Ltd. GmbH (Frankfurt, Germany)

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